Hijos odiando
a los padres e inclusive asesinándolos, condenas de padres y madres por el
mismo acto, mujeres que sin ningún tipo de remordimiento abandonan a sus hijos
o incluso privándolos de poder conocer la luz, hogares desintegrados, familias
sin hogar, sin trabajo, sin dinero, desnutrición, alcoholismo, drogadicción,
prostitución, asesinatos, violaciones, educación de mala calidad, 20 años de un
golpe de estado que al día de hoy sigue siendo parte de los titulares, más
deuda para la población y futuras generaciones, universidad estatal sin
presupuesto, calles en mal estado, caos vial, estrés a la orden del día,
conformismo social y las mismas caras en el gobierno desde hace muchos años…
La primera
parte del artículo 4 de la Constitución Política de la República de Guatemala
declara: “todos los seres humanos son libres e iguales en dignidad y
derecho. El hombre y la mujer, cualquiera que sea su estado civil, tienen iguales oportunidades y responsabilidades.
Ya es tiempo que
pongamos las cosas en su lugar, en primer lugar reconocer que somos iguales y
que todos tenemos derechos y obligaciones. Si mis padres me dieron la
oportunidad de nacer y lucharon por darme un techo aun siendo alquilado,
vestido, comida etc. Por qué no podemos tener el valor y responder con la misma
responsabilidad ante nuestros actos. Los hijos deben aprender que toda persona
adulta merece respeto aun cuando no estamos de acuerdo con sus puntos de vista.
Así mismo tener en cuenta que el trabajo dignifica a la persona y toda
actividad lícita es de provecho, no importa si estamos en un escritorio o
vendiendo de comer en una esquina, lo importante es el deseo de superación, debemos
aprender que los vicios son destructibles y que nos pueden acarear
consecuencias irreparables, así mismo ejercer nuestros derechos sin presión ni
chantajes, nuestro sistema legal nos da herramientas para ejercer nuestros
derechos ciudadanos, también tenemos acceso a la información pública, tenemos
herramientas para un debido proceso y sobre todo demostrar que nosotros podemos
hacer el cambio para que nuestro país realmente sea un paraíso para poder
vivir. ¿Realmente hasta cuándo vamos a tomar la iniciativa para poner las cosas en su lugar?
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